El 25 de agosto de 2011, un grupo de alrededor de 15 personas vinculadas al cártel de Los Zetas perpetró la tragedia en el Casino Royale, establecimiento que en aquella época se encontraba ubicado en la zona oeste de Monterrey.
Los atacantes provocaron un incendio intencional que, durante la madrugada del 26 de agosto, dejó un saldo de 52 personas fallecidas y 10 heridos. Este luctuoso hecho no solo impactó a México, sino que traspasó fronteras y llenó de dolor a los ciudadanos de todo el mundo.
El Monumento en honor a las víctimas
Justo 13 años después de la tragedia que sacudió a Nuevo León, familiares de las víctimas se reunieron para la develación de un monumento en su honor. El emotivo evento se llevó a cabo la tarde del pasado domingo en el lugar donde antes se encontraba este antiguo casino mexicano. Fue La Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León el que organizó este acto conmemorativo.
El memorial incluye el símbolo “52+2” en el centro, cruces y los nombres de las víctimas inscritos en dos placas laterales, junto con la frase: “Que su sangre derramada y las lágrimas de sus familias les persiga siempre y no encuentren paz donde quiera que estén”.
Críticas al gobierno del Estado
Samara Pérez Ortiz, portavoz de los afectados y madre de una de las víctimas, entregó las cruces que durante años se habían colocado afuera del antiguo Casino Royale. Durante su intervención, Pérez Ortiz subrayó el abandono por parte de las autoridades hacia las familias de las víctimas.
No hablemos del gobierno del Estado que es tan indolente. Prefieren estar peleándose por una elección, a estar con las familias del Estado de Monterrey, que sufrieron una pérdida tan tremenda hace 13 años, y que no enlutó a Nuevo León, enlutó a México, enlutó al mundo, no es posible que no se tenga empatía.
El acto contó igualmente con la presencia de Francisco Bahena, encargado de Despacho de la Presidencia Municipal de Monterrey, quien dirigió unas palabras a los familiares de las 52 víctimas fallecidas.
Son duras las palabras que están plasmadas en el monumento que hoy entregamos a ustedes como homenaje a su dolor. También como reconocimiento de lo que ocurrió, testimonio eterno de que este es un llamado a que los gobiernos que vengan recuerden que, si no se lleva a cabo una labor social dedicada a la paz, las manos criminales pueden volver a enlutar nuestra ciudad.
También estuvieron presentes Susana Méndez Arrellano, presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León, así como personal del municipio de Monterrey y de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del Gobierno de México.
Finalmente, el Municipio entregó a los familiares copias certificadas del acuerdo del Ayuntamiento. Esta entidad autorizó la construcción del memorial, con base en el Reglamento sobre la Ubicación, Edificación y Conservación de Monumentos y Esculturas Urbanas en Monterrey.