La llegada de Andrés Manuel López Obrador al Gobierno de nuestra nación ha abierto la posibilidad de que se renegocien situaciones relacionadas con el sector del juego. Uno de estos casos tiene que ver con el casino Grand Arenia de Tijuana, que fue clausurado en 2015.
De hecho, representantes del casino esperan que con el nuevo equipo de Gobierno el salón de juegos pueda volver a operar después de haber estado cerrado durante tres años. Así se han expresado al menos los responsables del Grand Arenia, que han abierto una nueva vía a la esperanza.
Debemos recordar que este casino fue clausurado de forma sorpresiva en el año 2015, cuando todavía era alcalde de Tijuana Jorge Astiazarán. Y así se ha mantenido hasta la fecha actual, sin que se haya establecido una fecha para el regreso a las operaciones.
Lo del casino saben que fue una gran injusticia; todos los caminos van a dar a Caliente. No hemos pedido nada especial; se tienen todos los permisos; es una cuestión política.
Alfonso Bustamante Anchondo, representante del Casino en relación con este tema habló al respecto. El empresario comentó que el proceso penal seguirá su curso como hasta el momento, pero que confía en que no haya actos de corrupción, como asegura hubo en la anterior administración.
Esperemos que este gobierno, vemos que no hay tanta corrupción, porque lo nuestro es la única manera que se puede explicar, porque ciertas personas evitan por todos lados para que no se abra.
Del mismo modo, Bustamante Anchondo afirmó que más de 300 familias se han visto afectadas por el cierre del casino, puesto que perdieron su principal fuente de ingresos, derivada de los empleos generados por la sala de juego.
El nuevo gobierno dijo que no habrá casinos como antes, sino serán como una inversión cómo está, será un hotel que mejore la economía de la ciudad, que dé más empleos, y apoye al turismo.
Finalmente, los responsables del casino Grand Arenia esperan que el centro de juegos pueda retomar las operaciones en 2019, siempre y cuando el Gobierno de López Obrador sepa reconocer la injusta clausura de la sala.