¿Por qué jugamos a juegos de casino físicos y en línea? Si nos hicieran esta pregunta, la respuesta más generalizada sería: para ganar dinero. Pero, ¿es esto siempre así? ¿Existen otros motivos por los que los usuarios de casino se lanzan a jugar a las tragamonedas, la ruleta o el blackjack?
Si bien es cierto que esta puede ser la motivación general para la mayoría de los jugadores, un hecho objetivo que sería contradictorio a este pensamiento es las probabilidades siempre están a favor del casino en el que se juega, siendo las opciones de ganar para los jugadores más reducidas.
Por lo tanto, ¿qué hace que los jugadores vuelvan una y otra vez para probar suerte en sus juegos de casino favoritos? En los últimos años, se han publicado una serie de estudios que parecen apuntar a una aspecto en particular: el hecho de apostar en sí mismo, independientemente si se pierde o se gana.
Los usuarios parecen estar satisfechos con obtener ganancias relativamente pequeñas,e incluso tolera las pérdidas. Al final, acaban siendo conscientes que, a la larga, es más probable que pierdan que ganen. Por lo tanto, lo asumen con naturalidad.
Jugar en el casino por la emoción de apostar
Esta forma de resignarse a cambio de la posibilidad en sí misma de apostar podría desembocar en una adicción al juego, algo que hay que tener bajo vigilancia en todo momento. Aceptar ciertas pérdidas por la emoción de apostar entra dentro de la normalidad mientras que el dinero que se pierda sea una cantidad que no afecte a nuestra vida cotidiana.
Es decir, si nos podemos permitir invertir mensualmente, por ejemplo, el 10% de nuestro sueldo en jugar, podremos asumir la pérdida de ese dinero sin problema alguno, ya que el 90% restante servirá para pagar los productos y facturas básicas para llevar una vida digna.
Bien distinto sería si empezamos a apostar dinero que deberíamos utilizar para gastar en alimentación o en el pago de facturas. En dicho caso, recomendamos a nuestros visitantes que soliciten al casino en el que juegan la autoexclusión del mismo, evitando así perder ese dinero necesario para la vida cotidiana.
Jugar en el casino por diversión
Existe otro aspecto que empuja a muchos jugadores a apostar: la pura diversión. Cualquier juego que nos resulte atractivo supondrá un momento de placer cada vez que lo juguemos, y esto es lo que sucede cuando participamos en la ruleta, el blackjack, el videpoker o las máquinas slots, por ejemplo.
Hacer girar los carretes en una tragamonedas supone un momento de emoción para una gran cantidad de apostadores, que disfrutan viendo girar los carretes. Además, se sienten atraídos por probar slots de diferentes temáticas, puesto que cada título es distinto y reporta al jugador nuevas emociones.
Del mismo modo, la incertidumbre de no saber el número en el que caerá la bola en la ruleta supone una inyección de adrenalina para muchos jugadores, que experimentan unas sensaciones difíciles de reproducir en otros ámbitos de la vida.
¿Y qué decir que las emociones que se viven cuando disfrutamos de una partida de póker? No se trata de la cantidad de dinero que se puede ganar durante un torneo o varias partidas de póker, sino de ser el mejor en una mesa formada por varios jugadores.
Así pues, una vez realizado este análisis, ¿a ti por qué te gusta jugar a los juegos de casino? Piénsalo bien ahora que te hemos dado una perspectiva distinta porque es posible que esto pueda ayudarte a divertirte aún más cuando juegas, ya sea en una sala de juego física como en una página de casino en línea.
Finalmente se trata de eso: jugar para disfrutar de los placeres que nos ofrecen los juegos de casino, más allá de que puedas ganar o perder una cierta cantidad de dinero, puesto que eso es algo por lo que todos los jugadores hemos vivido.