Después de una larga batalla legal, el pueblo Pojoaque se retira de su demanda contra el Estado y acepta firmar un acuerdo de juego que le dará a Nuevo México un mayor porcentaje de los ingresos de los casinos de la tribu.
El antiguo acuerdo de juego del pueblo con la administración estatal expiró en junio del año pasado y no fue hasta el pasado jueves que los portavoces Pojoaque y el gobierno de Susana Martínez llegaron a un acuerdo en los nuevos términos para el reparto económico de las ganancias de los casinos al norte de Santa Fe.
La firma cierre el final de una lucha en la que estaban en juego millones de dólares. Los portavoces del pueblo Pojoaque rechazaban el pago de los gravámenes impuestos a los casinos tribales sobre las ganancias de las tragamonedas a cambio de mantener la explotación de las instalaciones.
El pueblo rechazó formar parte del acuerdo que sellaron a finales de 2015 varias de las tribus de la zona y la administración de Martínez, argumentando que el porcentaje exigido por los funcionarios era irrazonablemente elevado. Por su parte, la gobernadora de Nuevo México señaló que la única intención de su gobierno fue que la tribu Pojoaque aceptara los términos acordados por el resto de pueblos.
La batalla legal llegó hasta los juzgados federales, pero tras el fallo en contra del pueblo de la Corte de Apelaciones a principios de año la tribu del condado de Santa Fe perdió casi todas las esperanzas de conseguir lo que en un principio pretendía.
Si bien es cierto que los abogados de la tribu ya señalaron que podrían llevar el caso a la Corte Suprema de los Estados Unidos, Joseph Talachy, gobernador del pueblo Pojoaque indicó que dicha medida supondría un riesgo para la estabilidad de la tribu.
Es un terrible juego el que el estado ha jugado. Fue realizado de forma intencionada para exprimirnos en la situación en la que nos encontramos ahora.
Además, indicó que funcionarios estatales habrían amenazado incluso con presentar medidas regulatorias contra los operadores Pojoaque de tomar tal decisión, lo que obligaría a algunos de ellos a dejar de ofrecer este servicio en sus casinos y supondría un duro golpe para el negocio de la zona.
Así pues, con las posibilidades del pueblo claramente empeoradas, Talachy anunció que habría firmado el pasado jueves un acuerdo con el gobierno de Nuevo México en los términos exactos en los que lo habían hecho previamente el resto de las tribus de la zona.
Talachy cree que será muy complicado que la tribu recupere los ingresos que irán a parar a las arcas públicas en forma de unos impuestos más altos:
Las apuestas se han reducido considerablemente en el estado de Nuevo México durante los últimos tiempos. ¿Cómo se justifica entonces este incremento de los impuestos?
El portavoz Pojoaque argumentó indicó además que al hacer pocas concesiones a los operadores, el gobierno estatal deja a los casinos en una posición muy difícil para hacer frente a las exigencias de una industria tan cambiante como la de los juegos de azar.
Con el nuevo tratado, la tribu tendrá que pagar ahora un 10,7% del total de sus ganancias netas, lo que supone un incremento del 2,7% en relación con lo que pagaban con el anterior acuerdo, que se elevaba al 8%. La diferencia en la recaudación podría ser muy significativa, sobre todo teniendo en cuenta que, por ejemplo, las ganancias de los casinos Pojoaque se elevaron a 16 millones de dólares en solo 3 meses de 2014.
Para finalizar, el portavoz del gobierno de Martínez, Joseph Cueto, señaló que con este acuerdo se tratará de cerrar el tema de una vez por todas:
Esperemos que con la decisión de la Corte concluya el problema. Como hemos estado diciendo durante todo este tiempo, solo pedimos que el pueblo Pojoaque juegue con las mismas reglas que el resto de tribus de Nuevo México.