El país centroamericano registra un descenso en los ingresos de Tragamonedas, mesas de juego, apuestas deportivas y Bingo en relación con el año anterior.
Parece ser que no sólo en nuestro país se está registrando un receso en la maltratada industria del juego y Panamá es un claro ejemplo de ello. En este caso, los datos reflejan una caída de US$192 millones en relación al mismo período de tiempo del año 2015 (desde enero hasta octubre) Si bien el año pasado se recaudaron alrededor de US$1.866.500.000, en 2016 la cifra se redujo hasta llegar a los US$1.866.290.000
Si profundizamos en las ganancias por actividades y juegos, según los datos de la Contraloría General de la República, organismo estatal independiente que fiscaliza, regula y controla los movimientos de los fondos y bienes públicos, únicamente el hipódromo fue el sector del juego que obtuvo un cierto crecimiento, mientras que en el resto se comprueba una clara recesión.
El mundo de las apuestas en las carreras de caballos pasó de US$39.184.000 en 2015 a US$39.385.000 en el año actual, lo que supone un 0.5% más de beneficios que en el período previo.
Por otro lado, las máquinas tragamonedas registraron el primer descenso en cuanto a ganancias de los últimos cuatro años. Si bien en el lapso de tiempo entre enero y octubre de 2015 estos aparatos recaudaron unos US$1.750.900.000, durante ese mismo ciclo en 2016 los beneficios se han reducido hasta los US$1.620.500.000, lo que viene a suponer un casi un 7.5% menos.
Las mesas de juego de los Casinos panameños obtuvieron una recaudación considerablemente inferior si la comparamos con 2015, ya que pasaron de obtener unos US$230.300.000 a lograr alrededor de US$170.145.000, lo que representa un 26% menos de beneficios en contraposición con las mismas fechas del pasado año.
Por último, también se notó un claro descenso en las apuestas relacionadas con eventos deportivos, llegando a reducirse las ganancias hasta casi un 11.5% con respecto al pasado año.
La recopilación de estos datos tan negativos para la industria no hace más que plantearse una cuestión: ¿a qué se debe este receso? Para Antonio Alfaro, presidente de ASAJA (Asociación de Administradores de Juegos de Azar) el motivo resulta muy evidente. Según el máximo responsable de la entidad gestora del juego en Panamá, esto se debe al impuesto del 5.5% que estableció el actual gobierno y que se le cobra a cada jugador. Esto no hace otra cosa más que “expulsar” a los potenciales jugadores a mercados vecinos menos exigentes en dichos términos como los de Puerto Rico o Colombia.
Si bien la forma en la que se imponen estas tasas no es la misma que en México, en nuestra nación parece estar iniciándose una corriente similar a la de Panamá, motivada también por este tipo de traba económica, aunque dirigida en este caso a las compañías. De hecho, las consecuencias serán las mismas: la disminución de las apuestas en Casinos y Bingos de nuestra patria, si bien debido al posible cierre de salas de juegos de azar.