Las casi 400 salas de casino de México, que se encuentran repartidas por los diversos Estados de la República, afrontan este complicado panorama con mejores expectativas que otros sectores. El sector de los casinos mexicanos muestra confianza, al menos si el cierre de las salas se extiende a un mes y medio como máximo.
Así lo explicó el presidente de la Asociación de la Industria del Entretenimiento y Juego de Apuesta, Miguel Ángel Ochoa:
Desde el 13 de marzo, algunos estados se adelantaron a declarar el cierre de los casinos de manera voluntaria: en Sonora, Sinaloa, Quintana Roo. Hoy todos los casinos están cerrados a partir de la recomendación de salud del 23 de marzo hasta el 30 de abril.
De acuerdo con Ochoa, será complicado mantener los 50 mil puestos de trabajo que genera el sector del juego en México tras la crisis mundial que estamos padeciendo.
Sin embargo, el responsable de AIEJA se mostro satisfecho con algunas acciones que se están tomando por parte de Asministraciones locales. En este sentido, Ochoa comentó lo siguiente:
De los Gobiernos de los Estados nos sorprende la respuesta en materia de dar facilidades para el pago de impuestos. En Puebla, por ejemplo, no se cobrará el 10% del impuesto a los jugadores, estamos esperando la respuesta de la Federación que hasta ahora no se ha dado ninguna.
En relación con la vuelta a la normalidad después del cierre de la salas, Ochoa comentó que no será nada sencillo ni usual. De hecho, el presidente de AIEJA apunta a una recuperación lenta que necesitará estímulos fiscales importantes. Así lo expresó Ochoa:
De la Federación quisiéramos el diferimiento de impuestos. Estamos esperando que el Gobierno acceda a un mecanismo de apoyo a las salas del país. La recuperación será muy lenta, por lo que habrá poco dinero para ir pagando esos impuestos, que esperemos sean diferidos.
Entre 10, 12 o 15 salas van a estar en riesgo porque el gobierno federal está pidiendo el pago de impuestos ya ahorita y que le pagues el 100% a los empleados.
Considerando esta situación, Miguel Ángel Ochoa indicó que si se llegara a dar ese cierre, una de las alternativas más interesantes podría ser el traspaso de la sala activa y con permisos a un consorcio más grande con capacidad para continuar con su operación.
De este modo, únicamente algunos casos se verían obligados a declararse en quiebra y solicitar su baja ante la SEGOB. Esto minimizaría el impacto de los cierres temporales, manteniendo la mayor parte de los empleos activos.